Precio medio: entre 40 y 50 euros
Calidad: alta (BIB Guía Michelin)
Tipo de cocina: alta cocina
Instalaciones: comedor con un aforo de +25 personas y amplia terraza exterior.

El restaurante regentado por el joven, pero experimentado chef D. Florencio Ruiz Alejo, se encuentra en una céntrica zona de la monumental ciudad de Úbeda, a pocos metros del fabuloso Mirador de San Lorenzo, con vistas al valle de Sierra Mágina.

Este ya reputado chef comenzó muy joven con la vocación a la cocina dulce, postres y pasteles en el obrador de sus abuelos y posteriormente estudió en la afamada escuela de La Laguna de Baeza de la que ya han salido importantes chefs repartidos por toda la geografía española.Su filosofía se resume en las iniciales T.P.T, utilizadas en repostería como “Tanto Por Tanto”, pero que ellos las han adaptado a su forma de entender la gastronomía como Técnica, Producto, Tradición.La primera sorpresa fue saber que este lugar está reconocido por la afamada Guía Michelín con el denominado Bib Gourmand, que recompensa a la comida con calidad, generalmente de corte regional que es servida a un precio moderado.Esto ya de por sí es un importante reconocimiento, pero quedaba comprobarlo.Nos atendió inmediatamente Dña. Clara Méndez Viedma, la ayudante de sala, que rebosaba ilusión y simpatía, rápida, atenta, agradable y con una sonrisa que nos hizo disfrutar durante toda la comida. Su nivel de interés y profesionalidad, siendo tan joven, ya nos vaticinaba la calidad de la empresa.

A la par con otro aceite, en este caso picual, llamado O-Med, fruto de una pequeña y relativamente incipiente almazara, 8 años, en Acula, Granada, que nos encantó también.
Tras los prolegómenos, nos saludó y sirvió los vinos blancos y el primer plato la Maître y esposa del chef Dña. Magdalena Morillo de los Cobos, igualmente con una agradabilísima sonrisa que ya nos hizo definitivamente sentir como en casa. Charlábamos cordialmente y de forma animosa con ambas profesionales de sala que nos ofrecían los pormenores de cada plato y nos animaba a opinar y decidir sobre el maridaje.


Nuevamente son sorprendieron con un curioso plato compuesto de una bolsita crujiente de pasta Filo rellena de gambas y una salsa suave Chipotle de pimiento ahumado.


El pescado fue un Tataki de atún rojo, con ajoblanco de coco y brotes frescos y cerezas. Seguido de un ravioli de rabo de toro con queso Payoyo de las tierras gaditanas y compota de tomate.
Como último plato, Florencio nos deleitó con una carrillada de bellota, patata rota y fondo de patata violeta, del que dimos buena cuenta.
Todo maridado con unos estupendos vinos, Flor de Vetus de 2011, denominación de origen Toro, y un Ribera del Duero crianza 2010 Carmelo Rodero, que nos hizo disfrutar de tan excelentes viandas.

El broche final fueron los dos postres, os cuento. El primero de ellos, denominado Pan Aceite y Chocolate, nos encantó por cómo se presentaba emplatado en un plato-cuenco donde se visualizaba una crema de aceite, bajo la que se encontraban dos texturas diferentes de chocolate, una en forma de helado de chocolate y otra un cremoso de chocolate muy recomendable, y como plus de originalidad, un dado de gelatina de miel y toques de naranja y adorno de miga de pan. Un nombre tan sencillo que enmascaró verdadera imaginación.
Y finalmente, nos sorprendía una vez más con un delicioso Soufflé de chocolate templado, sobre crema de galleta y jengibre y dos texturas de café, en helado y como gelatina.En definitiva un espectáculo. Darle las gracias a este matrimonio y a su personal, que nos trataron con gran simpatía, calidez y calidad. Enhorabuena D. Florencio, le auguramos muchos éxitos. GLC.